El zorro de Darwin (Lycalopex fulvipes), también conocido como zorro chilote, es una de las especies más singulares y enigmáticas de la fauna sudamericana. Endémico de las islas Chiloé y algunas zonas aledañas en el sur de Chile, este pequeño cánido destaca no solo por su apariencia peculiar, sino también por su historia evolutiva, comportamiento y el delicado estado de conservación en que se encuentra. Su nombre rinde homenaje a Charles Darwin, quien fue uno de los primeros en documentar su existencia durante su viaje por la región.
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Con un pelaje de tonalidades rojizas y manchas blancas que varían entre individuos, el zorro de Darwin es considerablemente más pequeño que otros zorros sudamericanos. Su comportamiento es mayormente nocturno y solitario, lo que dificulta su estudio y observación directa. Habita principalmente en bosques templados lluviosos, donde se mueve con agilidad entre la densa vegetación y el sotobosque, adaptado a un estilo de vida esquivo y sigiloso.
Ecológicamente, este cánido desempeña un rol vital en el control de poblaciones de pequeños mamíferos, aves y reptiles, manteniendo el equilibrio del ecosistema insular. Además, su dieta incluye frutos y bayas, lo que lo convierte en un agente dispersor de semillas, favoreciendo la regeneración del bosque. Esta combinación de hábitos omnívoros le permite adaptarse a las variaciones estacionales y a la disponibilidad de recursos en su entorno.