Los guardaparques son piezas fundamentales en la conservación de los ecosistemas naturales de Chile. Estos profesionales, que muchas veces trabajan en condiciones difíciles y en zonas remotas, actúan como los ojos y oídos del territorio protegido, velando por la preservación de la biodiversidad, la prevención de incendios y la educación ambiental. En regiones como la Patagonia, la Araucanía o la cordillera andina, su labor es clave para mantener la integridad de parques nacionales, reservas y santuarios de la naturaleza.
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El trabajo de los guardaparques va mucho más allá de la simple vigilancia. Ellos monitorean constantemente el estado de la flora y fauna, registran la presencia de especies vulnerables y denuncian actividades ilegales como la caza furtiva o la tala indiscriminada. Gracias a su conocimiento profundo del terreno y sus habitantes, pueden detectar cambios sutiles en los ecosistemas y actuar de manera rápida para mitigar impactos negativos.