Hogar Andes Flores andinas: especies raras bajo amenaza

Flores andinas: especies raras bajo amenaza

por Gerardo Lupercio

Publicidad

Las flores que crecen en las alturas de los Andes chilenos no solo aportan belleza al paisaje: son también testigos silenciosos de la historia ecológica de la región. Muchas de estas especies han evolucionado durante miles de años para sobrevivir en condiciones extremas —bajas temperaturas, suelos pobres y una radiación solar intensa—, convirtiéndose en auténticas joyas botánicas del hemisferio sur. Sin embargo, el avance del cambio climático, la expansión humana y la presión sobre los ecosistemas de altura han puesto a estas plantas en una situación crítica.

Publicidad

Entre las especies más emblemáticas se encuentra la viola andina, una pequeña flor púrpura que crece en suelos pedregosos por encima de los 3.500 metros. Esta planta, que ha inspirado estudios por su capacidad de resistir heladas intensas, está perdiendo territorio rápidamente. Según un informe reciente del Instituto de Ecología y Biodiversidad de Chile, algunas poblaciones de violas han disminuido más de un 60% en la última década debido al retroceso de los hábitats fríos que necesita para florecer.

Las amenazas no provienen solo del clima. En los últimos años, actividades como el senderismo sin control, el pastoreo extensivo y las exploraciones mineras han alterado frágiles zonas donde estas flores crecen. El simple paso de una bota puede destruir colonias enteras de plantas que tardan años en desarrollarse. En lugares como el Parque Nacional Lauca, se ha observado una pérdida importante de especies herbáceas por el tránsito de turistas que salen de los senderos marcados, sin comprender el daño que generan.

Otro factor preocupante es la introducción de especies invasoras, muchas veces por acción humana. Plantas foráneas, adaptadas a distintos climas pero altamente competitivas, están colonizando suelos andinos y desplazando a la flora nativa. Algunas, como la pasto miel, se propagan rápidamente y alteran la dinámica del suelo, impidiendo que florezcan las especies originales. Este fenómeno ha sido documentado en las laderas orientales de la cordillera en la Región de Arica y Parinacota.

También te puede interesar