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Nutrias marinas y pesca artesanal: conflicto silencioso

por Gerardo Lupercio

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A lo largo de la costa chilena, entre caletas y roqueríos, habitan las nutrias marinas (Lontra felina), criaturas fascinantes que despiertan la admiración de pescadores, científicos y turistas por igual. Sin embargo, pese a su carisma y rol fundamental en los ecosistemas costeros, las nutrias se encuentran en el centro de un conflicto silencioso con las comunidades de pesca artesanal que dependen del mar para su subsistencia. Esta tensión, muchas veces invisibilizada, refleja la complejidad de equilibrar conservación y desarrollo en un entorno vulnerable.

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Las nutrias marinas son depredadores eficientes, cuya dieta incluye moluscos, crustáceos, peces y otros invertebrados que también son objetivo de la pesca artesanal. En zonas como la Región de Los Lagos y la costa central, la presencia de estas nutrias puede impactar directamente sobre las capturas de erizos, locos y jaibas, productos esenciales para la economía local. Para algunos pescadores, la competencia con las nutrias significa una reducción en sus ingresos y un riesgo para la continuidad de su oficio ancestral.

A pesar de esta competencia, las nutrias desempeñan un papel crucial en el equilibrio ecológico costero. Al controlar las poblaciones de erizos y otros invertebrados, evitan la sobreexplotación de algas y mantienen la salud de los bosques de kelp, que son hábitats fundamentales para numerosas especies marinas. Sin la presencia de nutrias, se puede desencadenar un desequilibrio conocido como “fase de erizamiento”, donde el mar pierde biodiversidad y productividad.

La situación se complica porque la pesca artesanal en Chile es una actividad social y culturalmente arraigada. Muchas familias dependen de la extracción de recursos marinos para vivir, y la regulación estricta o la pérdida de captura puede traducirse en pobreza y migración forzada. Por otro lado, la nutria marina está protegida por la legislación ambiental nacional e internacional debido a su estatus vulnerable, lo que limita las opciones de manejo para controlar su población.

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