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Pingüinos de Chañaral: migraciones, amenazas y esperanza

por Gerardo Lupercio

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Frente a la costa del norte de Chile, en la región de Atacama, se encuentra la isla Chañaral, un refugio natural que alberga una de las colonias más importantes del pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti). Esta pequeña ave marina, reconocible por su plumaje blanco y negro y su andar torpe en tierra firme, se ha convertido en símbolo de la biodiversidad costera chilena. Sin embargo, su historia reciente está marcada tanto por la belleza de sus migraciones como por las crecientes amenazas que enfrentan en un ecosistema cada vez más alterado por la acción humana.

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Los pingüinos de Humboldt realizan migraciones estacionales a lo largo de la costa del Pacífico, desde Perú hasta la zona central de Chile. Su comportamiento migratorio no sigue un patrón fijo, sino que responde a la disponibilidad de alimento, principalmente anchovetas y sardinas, que a su vez dependen de la corriente de Humboldt. Esto convierte al pingüino en un bioindicador del estado del océano: si los peces escasean, los pingüinos cambian de ruta, se reproducen menos o incluso abandonan las colonias.

La isla Chañaral, junto con Choros y Damas, forma parte de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, administrada por CONAF. Estas islas ofrecen un hábitat ideal para la nidificación, con cuevas naturales, escasa presencia humana y condiciones climáticas estables. Sin embargo, el número de individuos ha oscilado dramáticamente en las últimas décadas. De más de 30.000 ejemplares registrados en los años 80, hoy se estima que la población fluctúa entre 8.000 y 12.000, dependiendo del año y del estado del ecosistema marino.

Las amenazas que enfrentan los pingüinos son múltiples. La pesca industrial representa una de las más graves, ya que compite directamente por los mismos recursos alimenticios. A esto se suman las redes de arrastre y la pesca incidental, donde muchas aves quedan atrapadas y mueren ahogadas. Además, la contaminación por hidrocarburos y microplásticos afecta su salud y reduce la calidad de su hábitat. Un derrame de petróleo cerca de la isla Chañaral podría ser devastador para toda la colonia.

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